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Antes de comenzar con nuestra aventura, que esperamos que sea muy satisfactoria, queremos contaros una breve historia sobre nuestra maravillosa profesión…
Antes del desarrollo de medicamentos como tales, la búsqueda de soluciones para paliar los problemas de salud se centró en la utilización de lo que la naturaleza ofrecía, mezclando conocimiento con magia y haciendo de hechiceros los precursores de los farmacéuticos.
Los pueblos prehistóricos tenían un conocimiento considerable de las plantas medicinales, desarrollando sistemas terapéuticos que combinaban elementos empíricos, racionales, religiosos y mágicos.
Los orígenes de la farmacia surgieron ligados con otras ciencias como la medicina y la biología, por ello no podemos datar una fecha exacta para su nacimiento.
Tenemos que comprender que en aquella época, su conocimiento sobre el espacio que le rodeaba era mínimo, por no decir nulo. Intentaban descubrir, investigar y como acto final asombrarse ante aquellas situaciones. Ilustres personajes de la historia como fueron Hipócrates o Galeno son considerados farmacéuticos-médicos.
Galeno se considera el padre de la Farmacia. Ya en el siglo II postuló que “para comprender la acción terapéutica de los medicamentos es necesario estudiar no sólo la cualidad de los mismos, sino que también es necesario conocer la cantidad necesaria que debe administrarse, el modo correcto de preparación y administración de las formas de dosificación y la adecuada duración de la aplicación”.
Igualmente quiero señalar el importante papel de Dioscórides, considerado uno de los padres de la Farmacología, conocido por el tratado De materia médica.
Encabezando la evolución del medicamento, Aristóteles (384-322 a.c.) y toda su escuela tomaron un papel protagonista. En los textos de aquella época se pensaba que los medicamentos eran producto de los dioses, y que su mecanismo de acción era únicamente conocimiento divino, y en cierto modo determinante ante el desarrollo de diferentes patologías.
Poco a poco los pensadores científicos evolucionaron hasta el punto de asimilar la localización de la dolencia o la digestión del medicamento. La actividad terapéutica del medicamento se explicaba con el equilibrio entre los 4 humores corporales (sangre, bilis amarilla, bilis negra y la flema). La enfermedad era una alteración en cualquiera de los anteriores componentes.
Un dato interesante es… ¿De donde viene el signo de las farmacias?
Los griegos establecieron una relación entre los médicos y serpientes, por que parecían rejuvenecer al mudar estas la piel, además de estar ligadas a los medicamentos por su letal veneno. En donde, como vemos, el animal parece beber de la copa, significante de las preparaciones que se realizaban por aquellos entonces.
Pasando de la cultura griega, durante la Edad Media que había preocupación por aspectos como la relación existente entre la forma de administración y el modo de acción de los medicamentos, destaca la cultura musulmana, que afirmaba que las propiedades de los medicamentos de modificaban los sistemas humorales, ligados a la cantidad y cualidad del fármaco. Así, pueden ser consideradas venenos o “medicamentos tóxicos” o remedios farmacéuticos o “alimentos farmacológicos”. Introducen en España conceptos ya puramente farmacéuticos, como la destilación o los albarelos: los típicos recipientes utilizados en farmacia para guardar cualquier extracto, tanto vegetal como animal, usado para preparar medicamentos.
Pero lo más relevante del sistema farmacéutico árabe, es la creación de la figura del boticario como representante de un oficio independiente de la Medicina. El boticario era considerado un gran conocedor de plantas y sus acciones en el organismo, y gozaba de una posición social envidiable.
La separación formal de la Farmacia y la Medicina se produce en el año 1241 en el reino de las Dos Sicilias por una pragmática de Federico II.
La línea del tiempo nos lleva a otro momento histórico importante, la farmacia precolombina, que usaban gran variedad de plantas, las cuales son, en la actualidad, importantes en diversas patologías o en la elaboración de medicamentos. A partir del descubrimiento de estas tierras, el continente europeo se sumió en una gran época económica, y la Medicina aprovecha para poder obtener mayor conocimiento tanto de plantas terapéuticas como de métodos de curación.
Un ejemplo, la quina, aplicada primeramente a los mineros como infusión muy caliente para suprimir el temblor del frío. También fue tratada en Europa como antipalúdico. Además de ello posee efectos que evitan el temblor muscular por elevar el umbral de estimulación neuromuscular y deprimir el tono muscular. Pero se conoce, por ser el primer gran remedio para la fiebre durante muchos años.
Aparte de las civilizaciones precolombinas, cabe destacar a las tribus selváticas. La enfermedad la entendían como un comportamiento fuera de lo normal del individuo, de estas nació la Fitoterápia.
Como marco destacable, la Farmacia del este donde se aplicaban remedios con composición vegetal de elevada calidad, dieron
lugar a las “fórmulas magistrales”, muy utilizadas en las farmacias, siempre con prescripción médica.
Es en los siglos XVII y XVIII cuando el farmacéutico se diferencia más claramente de otros profesionales y se dedica casi en exclusiva a descubrir y estudiar, desde un aspecto químico, nuevos fármacos. Comenzó una revolución intelectual que culminó en el siglo XVIII. Surgió un primer texto denominado como “farmacopea”, la Pharmacopea Catalana, dirigida a profesionales farmacéuticos. Dio lugar a un avance importante que Felipe IV declaraba la farmacia como “arte científica”.
En el siglo XIX se vuelve obligatoria la colegiación de los farmacéuticos en España.
Hasta dicho siglo no comenzaron las primeras enseñanzas en España de farmacia. Las Reales Ordenanzas en 1804 dispusieron la creación del Colegio de Farmacia en Madrid, lugar en el que por fin se comenzaron a impartir estos estudios con carácter oficial. Llegó a la cima de la consolidación en el año 1845 al aprobarse un nuevo plan de estudios y la Farmacia se incorporó ya como disciplina. La universidad española en ese momento se estructuraba en cinco facultades entre las que estaba la de Farmacia, a pesar de que sólo existían cuatro centros: Madrid, Barcelona, Granada y Santiago de Compostela. En esa época apenas se licenciaban 300 personas. Por esos años se hacen grandes avances en medicina que permitieron también evolucionar a la farmacia: aparecen infinidad de fármacos (como los derivados del ácido acetilsalicílico) y tecnologías que permiten preparar los medicamentos con nuevas formas farmacéuticas, como cápsulas o inyectables.
Hasta la primera mitad del siglo XX, la producción industrial de medicamentos era muy limitada. Los farmacéuticos se dedican principalmente a elaborar fórmulas magistrales a medida que los médicos prescriben. Hacia la segunda mitad, la producción industrial despega y el sector farmacéutico experimenta un gran desarrollo, asemejándose más a lo que conocemos hoy en día: aparecen muchos medicamentos de uso común, como los antibióticos de uso oral, los antihistamínicos o los anestésicos. Se dieron grandes avances en química y se profundizó en el análisis y conocimiento de los principios activos. Se comenzaron a producir fármacos de origen sintético, esto obligó a un cambio radical en la actividad del farmacéutico.
El siglo XXI el farmacéutic@ tiene un papel muy importante a la protección de la salud y la lucha contra la enfermedad: además de la actuación a nivel asistencial que corresponde a farmacéuticos comunitarios, farmacéuticos de atención primaria y de servicios de farmacia hospitalaria, también es necesaria su implicación en la distribución de medicamentos y productos sanitarios, en la industria farmacéutica, y en la docencia e investigación.
Durante toda la historia de la Medicina, farmacéuticos y médicos han llevado un respeto mutuo, lo que es cierto es que ha de existir una colaboración entre ambos profesionales, debido a que sus diferentes conocimientos pueden ser útiles si son aplicados correctamente en un entorno de cooperación y fines comunes.
Esperemos que esta breve introducción os haya gustado y sobre todo, nos conozcais un poquito más.
Sin mas dilación, os esperamos en la calle San Benito numero 46, de Villanueva De La Serena o al número de teléfono 924845413.
Un Saludo y muchas gracias por ser parte fundamental en esta hermosa travesía.